
Hoy se ha celebrado la
Jornada Final de la Convenció Catalana del Canvi Climàtic, un proceso participativo en el que la Generalitat de Catalunya ha convocado "
a la societat catalana perquè proposi mesures i accions a incorporar" en el "
Pla d’Acció per a la Mitigació del Canvi Climàtic 2008-2012".
El objetivo de este plan es que Catalunya reduzca su emisión de CO2 en 5,33 millones de toneladas equivalentes entre el 2008 y el 2012, de ahi que los grafismos de la Convención esten basados en la cifra "-5,33".
Nos ha dado la bienvenida en un más que correcto catalán, expresando su satisfacción por “
haber podido salir de Bruselas y venir a Catalunya, tierra de innovación”.
Ya en italiano, dice que
Bali (
CP o COP
13, es decir,
13ª Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático) ha supuesto la “
caída del muro de Berlín del clima”. Recuerda las
lágrimas de Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención, fruto de la tensión de las negociaciones.
Bali ha supuesto abrir el camino a la negociación hacia un
nuevo tratado post-Kyoto. Reconoce que los resultados han sido genéricos, no cuantificables, pero resalta la importancia de la “
nota a pie de página” en el
documento conocido como “hoja de ruta” de Bali (en la que se hace referencia a las
conclusiones del Grupo de Trabajo III del IPCC - Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), que recoge implícitamente el compromiso de
reducir las emisiones entre un 25-40% para el 2050.
Además, prevé un aumento de la financiación para las medidas de adaptación para los países que ya sufren más los efectos del cambio climático, siendo los menos responsables (Bangla Desh, Maldivas…).
El nuevo tratado tendrá que tener en cuenta que el mundo ha cambiado desde
Kyoto: ya no sirve la división única entre países desarrollados y no desarrollados. Estamos en una geometría variable, en un mosaico donde encontramos una gran diversidad de situaciones.
Una gran conclusión de
Bali es que aconseja a la
UE (Unión Europea) que lidere, lo que va as suponer una mayor responsabilidad para ésta en dos frentes:
El de la diplomacia ecológica internacional. La UE ha de buscar una complicidad global que además tenga muy presente que una gran parte de la humanidad sigue sufriendo miseria y hambre. Ha de mostrar coherencia, y no ha de olvidar a países que, como la India y China, también quieren tener una papel en las decisiones
El de seguir desarrollando su propia estrategia europea de reducción de emisiones. Guido valora positivamente el ejemplo de
Catalunya, que ha desarrollado ante
Kyoto, antes de que hubiese medidas que le obligasen legalmente, una acción autónoma y voluntaria, proactiva.
Catalunya ha sido a la
UE lo que la
UE es respecto al mundo, un ejemplo y un motor. La estrategia europea se concreta en la propuesta que representa la Comunicación de la Comisión “
Dos veces 20 para el 2020: El cambio climático, una oportunidad para Europa”, con los siguientes objetivos para la
UE:
Reducir al menos un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero
- Lograr que las energías renovables representen el 20% del consumo energético de la de UE
Esto ha de suponer un gran cambio en los hábitos de consumo, de movilidad…
Guido ironiza: “
la propuesta ha descontentado a todo el mundo, lo cual quiere decir que es buena”.
Se creará un mercado europeo de derechos de emisión. Las acciones concretas serán definidas por cada estado miembro.
Se contempla una reducción media, pero cada estado tendrá unos límites que serán fijados en base a factores como el PIB (Producto interior bruto).
Todo esto ha de ser el inicio de definición de una nueva política, que además tiene que ser rápido, porque hay que ir concretándola ya a final de este año en el
CP 14 de
Poznan, para culminarla en diciembre de 2009 en
Copenhague (
CP 15), donde se pondrán la bases (según la “
hoja de ruta” acordada en
Bali) del “
nuevo Kyoto”.
En definitiva, hay que tomar a corto plazo decisiones importantísimas, que no afectarán sólo a la legislación, sino al cambio de estilo de vida: el papel de la sociedad civil será determinante.
Este sábado 16 de febrero es el 3º aniversario de la entrada en vigor del
Tratado de Kyoto.
Guido lo celebrará estos días trabajando en su
Comisión Temporal sobre el Cambio Climático del Parlamento Europeo (de la que remarca que, pese a presidirla, “
yo no decido nada, sólo dirijo el tráfico”), recopilando ejemplos de buenas prácticas.