En Copenhague la solución adoptada fue recurrir a los jefes de gobierno directamente, para que avanzaran en 36 horas lo que no habían hecho en, al menos, los dos años anteriores. Además, el desprecio demostrado por el trabajo realizado por sus delegaciones en el seno de la Convención durante esos años fue enorme, sacando prácticamente de la nada EEUU y un grupo de países emergentes un documento nuevo. De esta forma, tanto el grupo de trabajo sobre el Protocolo de Kioto (AWG-KP en sus siglas en inglés) como el grupo de trabajo sobre la acción a largo plazo (AWG-LCA en sus siglas en inglés) veían tirado por tierra el fruto de su esfuerzo y dedicación durante dos años, con un nivel mayor de intensidad en los últimos doce meses.”
- Se había dicho que era mejor el no-acuerdo que un mal acuerdo en Copenhague. Es lo que se ha conseguido (el llamado “Acuerdo” es una declaración política que está fuera de los cauces de la Convención). Habremos perdido un año, y quizás después de 2012 (final de la vigencia de Kyoto) quede un año o más de gap o “vacío jurídico”, pero o hay Protocolo de México... o sálvese quien pueda
- Para entonces Obama tendrá resuelto el tema de la sanidad, que según últimas noticias parece que lleva medianamente bien encarrilado. Esperemos que en diciembre esté por la labor climática. Porque en el horizonte no aparece ningún otro posible líder (aparte de Lula, condicionado por la falta de masa crítica de Brasil y por su propia fecha de caducidad al frente del gobierno): China e India están a verlas venir y la Unión Europea parece que no se atreve (¿Ah, pero... la UE estuvo en Copenhague?). Además, si la crisis económica ha remitido bastante para fin de año tendremos una excusa menos para no hacer nada
- A propósito, España presidirá la UE durante el primer semestre de 2010. Es el momento para que la sociedad civil del estado haga oír su voz, lo que, unido a la en principio buena disposición del gobierno, hace que a lo mejor la UE empieza a jugar un papel más importante en todo el proceso y quizás pueda ser una voz determinante en la COP16
- Copenhague si ha servido para algo (y lo hemos vivido personalmente): ha sido el catalizador de un gran movimiento global que, alrededor del clima, aglutina a colectivos y personas ambientalistas, progresistas y alterglobalizadores de todo el mundo. El que la sociedad civil fuese expulsada de la Cumbre oficial, paradójicamente, ayudó a esto, como comprobamos en la actividad frenética que desarrolló la Cumbre ciudadana, el Klimaforum09. Ahora, la prioridad de este movimiento global, que se ha dotado en Copenhague de mayores redes de contactos, es transformarlas en acción para devolver a las negociaciones del clima su transparencia, de forma que la COP15 no sea más que un mal paréntesis, y se pueda lograr el objetivo, que sigue siendo un acuerdo real (que envíe al de Copenhague al "basurero de la Historia") legalmente vinculante, ambicioso en el recorte de emisiones de los países industrializados, y justo para todos los habitantes del planeta